Se define a la fotografía estereoscópica como la creación de una ilusión de tridimensional a partir de una par de imágenes en dos dimensiones. Y es que los seres humanos son capaces de percibir dos imágenes de una misma realidad (una para cada ojo) aunque con una perspectiva diferente derivada de la distinta ubicación de los ojos en la cara. Es el cerebro el que se encarga de mezclar estas percepciones y de dar la sensación de profundidad con la información proporcionada.
Para crear de forma artificial estas imágenes, en 1850 se diseño una máquina fotográfica con dos objetivos capaz de tomar dos fotografías que simulaban las diferentes perspectivas que podrían tener los ojos humanos. Al revelarse, las dos imágenes se disponían una al lado de la otra con unas medidas estándar para poder ser acopladas a un visor especial. Este visor hacía que cada imagen fuera percibida únicamente por un ojo, encargándose el cerebro de procesar la información de las dos fotografías.
Ahora, es posible acceder a todas estas imágenes que datan desde finales del siglo XIX a principios del XX, en todo su esplendor, con la ayuda de un teléfono móvil y una gafas VR, cada vez más frecuentes en los hogares. Y si no dispones de ellas, siempre puedes construirte una con los enlaces que te proporcionamos en esta misma página.