Toca hablar ahora de unas figuras que, tristemente, fueron muy comunes en las calles de Madrid: los denominados golfillos. Estos eran niños que malvivían en las calles, abandonados por sus familias, y que en muchas ocasiones debían incurrir en los pequeños delitos como hurtos para poder sobrevivir. También recurrían a la limosna y a la recogida de colillas del suelo que posteriormente vendían como tabaco de liar.
Se calcula que en 1905 llegó a haber unos seiscientos golfillos en las calles de la villa, por ello desde el Ayuntamiento se comenzó a tomar diversas medidas para favorecer su reinserción en la sociedad y tratar de asegurarles un futuro. El plan consistía en recoger, cada día, a unos veinticinco de estos chicos para rescatarlos de las calles y llevarlos a diferentes escuelas asilos, donde eran desinfectados y aseados, se les daban ropas nuevas y se les proporcionaba una educación y se les formaba en distintos oficios.
En la imagen podemos distinguir, claramente, como el grupo de la derecha ya está perfectamente uniformado y aseado, mientras que los seis niños de la parte izquierda se muestran ante nosotros con el mismo aspecto en que, unas horas antes, habían sido recogidos de las calles.