En marzo de 1909 muchos madrileños salieron a la calle a despedir a Luis Navarro, un cocinero anónimo que había sido asesinado apenas unas horas antes por un policía tras una absurda discusión dentro de una taberna. Lo que comenzó como un cruce de palabras terminó con el cuerpo ensangrentado de Navarro tendido sobre el suelo. Así quedó reseñado este crimen en el ABC del 21 de marzo:
«En la calle de Colón número 15 taberna se desarrolló anoche a las 10:30 un suceso sangriento del que fue protagonista el agente Rafael Lozano Cháves. Este policía prestaba sus servicios en Bilbao y el 15 de enero próximo vino a Madrid trasladado y con ascenso, siendo destinado a distrito de Chamberí donde actualmente prestaba sus servicios.
»Anoche, acompañado de un individuo, que dice ser marqués de Santa Clara y perteneciente al cuerpo de sanidad militar, penetró en el referido establecimiento. Ambos amigos pidieron unas copas de vino que en el acto les fueron servidas por el dependiente de la taberna Valentín García, chico de quince años. A la hora de pagar el importe del gasto hecho el agente dijo que no pagaban porque en la taberna no podían cambiarle un billete de 500 pesetas.
»El cocinero el establecimiento Luis Navarro López que se hallaba presente dijo entonces:
»—Beban ustedes lo que quieran y paguen cuando gusten, sin embargo, el billete se puede cambiar.
»—Me parece que no tiene usted cara de tener 500 pesetas en la casa —agregó el agente.
»—Me parece a mí —replicó el cocinero— que usted es don Nicanor tocando el tambor.
»El agente, creyéndose molesto por aquella salida, le dirigió algunas palabras inconvenientes que motivaron algunas protestas por parte de varios parroquianos y obligaron al cocinero a invitar al agente y a su acompañante a que salieran de la taberna.
»El agente entonces invocó su condición de autoridad y el cocinero salió a la calle en busca de una pareja. Al regreso le dijo el agente:
»—Queda usted detenido y ahora mismo se viene usted conmigo a la comisaría.
»—Yo no salgo de aquí como no venga una pareja.
»—¡Pues saldrá usted!
»Y el agente se abalanzó sobre el cocinero y dándole un fuerte empujón lo derivó en tierra, se levantó el cocinero y de nuevo se echó el agente sobre él y teniéndole sujeto sacó el revólver y le disparó un tiro a quemarropa. Luis Navarro exhaló un grito de angustia y cayó pesadamente en tierra».